CREENCIAS IRRACIONALES
Antes de nacer, ya hemos adquirido una carga emocional impresionante,
somos seres receptivos. Nos afecta todo aquello que vemos, escuchamos y
sentimos; y en el afán de entenderlo, le damos una explicación a partir de eso
que vamos aprendiendo y que damos por hecho, como nuestra verdad absoluta,
aquello que guía nuestros pasos. Es un acuerdo que se refleja en mis actos y
mis resultados, es un paradigma que se estableció de forma transgeneracional.
Y así, conforme pasa el tiempo, vamos perdiendo nuestra capacidad
de asombro, aquella época en dónde queríamos encontrar el por qué a todo
aquello que nos rodeaba. Vamos aceptando todo lo que se nos dice y lo creemos;
incluso lo seguimos alimentando con todo lo que gira en el ambiente, las
experiencias personales, las experiencias de otros, etc. Hasta que un día, el
mundo se presenta de forma inesperada y todo lo que tenía forma, lo pierde. Se pierde
el sentido de las cosas y no se busca una respuesta a lo sucedido, pero al
mismo tiempo, no concuerda con lo que se me había enseñado. Entonces la
realidad choca con lo establecido dentro de mi sistema de creencias y la crisis
viene a formar parte de mi vida, de mi día a día. Puede que la atienda y
comience a buscar el sentido de lo que me viene a enseñar. O bien, que trate de
evitar su enseñanza, su aprendizaje, y comience a tratar de evadirla de una y
otra forma, utilizando cualquier tipo de compensador. De esta manera, nos
resistimos al cambio, a poner en duda aquello que ya sabemos. Sin embargo, los
resultados siempre serán los mismos, a pesar de pensar que se está actuando de
manera diferente, es sólo una de esas creencias arraigadas que forman parte de
mi ser. Creencias que se aferran a mi estructura de personalidad y definen cada
uno de mis pasos, cada uno de esos actos impulsivos que son el resultado de la
influencia de mis instintos más mi emoción. Cuando ambos se unen, el resultado
termina siendo un acto impulsivo, sin dirección ni objetivo pero que tarde o
temprano tendrá una proyección en mi vida, por la cual tendré que responder y
hacerme responsable.
Ahora bien, si después de algunos años te preguntas por
qué sigues teniendo siempre los mismos resultados, por favor, no busques
culpables, mira hacia adentro y deberás aceptar que nada ha cambiado de ti. Que
continúas conduciéndote igual y persigues sueños basados en estructuras
endebles, fantasiosas, construidas desde la perspectiva de aquellos que también
tuvieron dudas pero que tampoco se atrevieron a buscar una respuesta. De hecho,
cuando lo que se busca es conocer el destino de cada uno- dado que es más
atrayente saber qué es lo que va a pasar conmigo, que mirar en este preciso
instante lo que estoy haciendo, sintiendo y pensando- no hay que ir muy lejos; sino
voltear hacia los lados y mirar aquello de lo que siempre me he quejado y
reniego; pero que es el único camino que tengo seguro, aquel marcado y
recorrido por aquellos que me anteceden.
Finalmente, una creencia irracional nos mantiene
cautivos, sin permitirnos conocer nuestro verdadero potencial, aquello de lo que
soy capaz de ser, de alcanzar. Siempre llenos de miedo e inseguridades, viendo
siempre hacia atrás o hacia el futuro pero sin apreciar que quizá hoy es el
último regalo que nos dé la vida. Quedándonos en un lugar cómodo y seguro,
cuando lo único seguro que se tiene es el final. Pero que muchas veces, se
prefiere esperar guardado en una trinchera en donde no se cuestione aquello que
yo defiendo con tanta vehemencia: mis creencias.
(Tlalliyólotl)
En
la CLÍNICA PSICOLÓGICA ROCE-A MUJERES contamos con una amplia variedad de actividades
diseñadas bajo un enfoque clínico, que te ayudarán a encontrar las respuestas
que estás buscando.
Sólo
llámanos o visita nuestras redes sociales.
0 Comentarios