¿CÓMO DESARROLLAR A MI HIJA EN EL PROCESO DE REHABILITACIÓN?
En el tema de adicciones, se puede tener la falsa creencia de que el
proceso de rehabilitación tiene fecha de término. Para poder erradicar una
conducta adictiva se necesita esfuerzo, trabajo grupal, trabajo terapeútico;
renunciar a todas aquellas creencias arraigadas que me han llevado hasta la
situación que actualmente, y para eso se sólo basta una vida para poder
trabajar con la persona que la sufre. Sin embargo, para la gente que convive
con la persona que presenta dicha conducta, dicho síntoma, es difícil aceptar
la idea de que su familiar necesita ayuda profesional. Incluso, muchas veces,
la familia es la que más se resiste a delegar a alguien más el control de la
vida del adicto. Y decimos control porque eso es lo que realmente ejerce la
familia en la persona adicta, un obsesivo control por dirigir su vida, por
querer ayudarle de la forma en que ellos saben, teniendo siempre los mismos
resultados. El único apoyo que la familia puede ofrecer a la persona que
presenta problemas de adicción es permitirle a un profesional que inicie con un
proceso de abstinencia, en el cual, además de tener que abstenerse de la
sustancia, el involucrado deberá abstenerse de todo aquello que detona su
dependencia a dicho compensador. Es decir, es una privación de todas las
variables pertenecientes a su dinámica familiar, social, laboral, etc. Se trata
de un proceso que lo lleva a limitarse de todas aquellas influencias que
despiertan su enfermedad. La primera etapa de un proceso de abstinencia y
desintoxicación les dará la oportunidad de probar que pueden desarrollar su vida
sin necesidad de consumir sustancias, o bien, tomando distancia de las
variables que refuerzan su enfermedad. No obstante, su primer acercamiento con
esta evidencia no garantiza el entendimiento y mucho menos, la aceptación de la
enfermedad. Para que estos sucesos se den en el paciente, debe de pasar por
distintas prácticas que le permitan llegar a aceptar que tiene un problema, que
radica en él, que ha tomado el control de su vida y que necesita delegar la
responsabilidad a alguien más para poder vivir de manera diferentes. Tendrá que
derrotarse ante la idea de que mediante lo que él conoce podrá obtener
resultados diferentes. Tendrá que pasar por un proceso de renuncias, de dolor,
más no de sufrimiento. Entonces, ante la pregunta de ¿cómo desarrollar a mi
hija en el proceso de rehabilitación?, la respuesta sería, apartándose,
permitiendo que el profesional de la salud haga su labor y dándole la oportunidad
a mi familiar que pase por aquellas prácticas que no se le permitió pasar
durante sus primeros años de vida. Es decir, que aprenda a sentir frustración, enojo,
tristeza, alegría. Que desarrolle habilidades básicas en el cuidado personal,
en el cuidado del medio que le rodea. Que aprenda a aceptar un error, aprender
de él y continuar en el camino, generando resiliencia que es la capacidad de
enfrentar situaciones adversas y salir fortalecidos de ellas. Démosles la
oportunidad de aprender a vivir, de aprender a conocerse, de saber que aún hay
una oportunidad de renacer.
(Lic. Stéphanie Barbosa).
La Clínica Psicológica ROCE-A, a través de su servicio de internamiento, te
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